Creo
que la mejor manera de comenzar un blog centrado en las falacias
políticas, es dedicar el primer post al ínclito diputado de
Esquerra Republicana, Gabriel Rufián. Por su peculiar estilo,
aparentemente pacífico, pero en el fondo muy agresivo, va a merecer
más de un análisis. Se prodiga mucho en twitter y espero y deseo
que esa no sea su mayor y principal ocupación, aunque lo parece. De
hecho su discurso con más éxito en el Congreso de los Diputados fue
una recopilación de sus tuits, una especie de “grandes éxitos”,
como se hacía antes con los discos.
El 5
de marzo de 2017 el diputado Rufián publicó este tuit merecedor del
análisis:
“Si
con el puño alzado clamas contra un proceso de autodeterminación o
te sobra el puño o te falta ideología”.
Posteriormente
repitió esa frase en un mitin. Observando sus intervenciones
públicas da la sensación de que es incapaz de escribir un discurso
elaborado y bien enlazado de al menos una página y media.
Lo
interesante del diputado Rufián es que es un manipulador metódico.
Sí, tiene un método. Ignoro
si estudiado
conscientemente,
o de tanto repetirlo ni siquiera
es consciente que lo
tiene, pero se puede detectar una lógica interna en sus tuits.
Una
característica importante del discurso del diputado Rufián es que
nunca elabora
argumentos, solo emite enunciados. Y
este es un elemento muy
relevante en el proceso
de manipulación y
engaño: ocultar una parte del discurso. En la actualidad el engaño
no está en lo que se dice, sino más
bien en lo que se oculta.
La
manipulación y, por
ende, la falacia del
diputado Rufián es
doble. Por una parte
consiste en fragmentar el
discurso y no terminar
los argumentos, solo los deja entrever, deja que el lector (o
el oyente, en el caso de
que hable), los termine o
los deduzca, con lo cual
no se arriesga a una posible refutación y siempre puede decir “eso
no lo he dicho yo”. Por
otra, toma como verdadero un enunciado que no lo es y hace una
vinculación de dos
elementos que
confrontándolo con la
realidad no tiene por qué
ser como él dice.
Vamos
a formalizar el enunciado y a hacer el análisis lógico.
En
primer lugar se puede formalizar con lógica de enunciados:
p
= estar con el puño alzado.
c
= clamar contra un proceso independentista.
s
= sobrar el puño.
f
= faltar ideología.
(p
∧ c
)→ (s
∨
f)
Sencillo.
Lo que pasa es que se queda solo ahí, un enunciado condicional, sin
más. Es la conclusión de un argumento al que le faltan las
premisas, y para formularlas con algo de precisión y coherencia
deben responder a qué es exactamente ser de izquierdas, qué es
exactamente que te falte ideología y cuál es la carencia concreta.
No hace falta incluir el significado simbólico de alzar el puño.
Vamos
a formalizarlo con lógica de predicados. Como vemos es un predicado
monádico, solo hay una variable, x.
⋀x
[(Px
∧ Cx)→
(Sx
∨
Fx)]
Que
se traduce así: para todo x,
hay un x tal
que si va con el puño alzado y clama contra el derecho de
autodeterminación, entonces a ese x o bien le sobra el puño
o bien le falta ideología. La variable x
puede ser sustituida por cualquier constante de individuo que se
identifique como alguien de izquierdas y esté en contra del proceso
independentista catalán.
Sin
tergiversar el significado del enunciado y para facilitar el
análisis, vamos a sustituir los predicados ‘ir con el puño
alzado’ y ‘sobrar el puño’ por ‘ser (políticamente) de
izquierdas’, entonces tenemos el enunciado con tres predicados:
I
= Ser de izquierdas.
C
= Clamar contra un proceso de autodeterminación.
F
= Faltar ideología.
Por
lo cual lo podemos reformular así:
a)
Todo el que clame contra el proceso de autodeterminación, o no es de
izquierdas o le falta ideología.
ᐱx
[Cx→
(¬Ix
∨
Fx)]
Si
lo reducimos a dos predicados queda así:
b)
Si eres de izquierdas, no puedes clamar contra el proceso de
autodeterminación.
c)
No puedes ser a la vez de izquierdas y clamar contra el derecho de
autodeterminación.
d)
No eres completamente de izquierdas si no apoyas el proceso de
autodeterminación.
¿Dónde
está la falacia? Pues en el vínculo de necesidad que establece
entre dos elementos que pueden estar desvinculados en la realidad: el
ser de izquierdas y apoyar el proceso de autodeterminación catalán.
Sería la falacia del falso dilema o de falsa analogía. Dudo ahora
de la identificación en la clasificación de analogías.
¿Significa
entonces que ser de izquierdas implica apoyar el proceso
independentista catalán? Para el diputado Rufián, sí.
Y si
no apoyo el proceso independentista catalán ¿significa que no soy
de izquierdas? Para el diputado Rufián, sí, o al menos no eres
completamente de izquierdas porque te falta ideología.
¿ Y
por qué? ¡Coño, pues porque lo dice él!
Resulta
evidente que el mensaje va destinado a los votantes socialistas y de
Podemos, tratando de convencerlos para que apoyen el proceso
independentista, conteniendo una acusación: si no nos apoyas, no
eres de izquierdas, por lo tanto, o bien eres un farsante y te sobra
el gesto del puño alzado, o bien necesitas algún tipo de doctrina
especial porque “te falta ideología”. Tal vez esto último es lo
más perverso del pensamiento del diputado Rufián.
Los
motivos de esa relación que establece entre ser de izquierdas y
apoyar la independencia de Cataluña ni los explica ni los explicita,
y no por falta de espacio, porque a pesar de los 140 caracteres de un
tuit, siempre se pueden enumerar y elaborar el argumento completo.
Sin embargo están, como vamos a ver a continuación:
Ser
políticamente de izquierdas (como ser políticamente de derechas) es
algo complejo. Pero una de sus características es la defensa de los
servicios públicos, es decir, lo que se denomina el Estado del
bienestar. Por ejemplo: que se defienda con los presupuestos
generales del Estado la sanidad, las pensiones, las prestaciones por
desempleo, la educación, los servicios sociales, etcétera. Esto no
implica que no deba haber iniciativa privada en estos servicios. Pero
un ciudadano que se considera de izquierdas, está de acuerdo en que
esos servicios los pueda proporcionar el Estado, porque para eso
pagamos los impuestos, y esto es lo que se viene entendiendo como el
Estado social o hacer políticas de bienestar público. Lo que
implica, a su vez, que por el hecho de ser ciudadano ya vas a tener
acceso a esos servicios. Otra cosa distinta es que podamos debatir si
eso es viable o no, teniendo en cuenta las cotizaciones y la edad de
la población, lo cual requerirá un ajuste o regulación en el
sistema de Seguridad Social. En cualquier caso, una de las
características de alguien que se considera de izquierdas es que
defiende los servicios públicos financiados con los impuestos.
En
cambio, una persona de derechas, en este contexto, aboga porque esos
servicios no los proporcione el Estado, sino que se los pague cada
uno, con lo cual el servicio estará regulado no por los derechos de
ciudadanía, sino por el derecho privado, por la regulación de un
contrato. Me reducen los impuesto y contrato una póliza de seguros.
¿Y la gente que no tiene dinero para pagar el seguro privado? Pues
alguien de derechas muy radicalizado diría que acuda a la
beneficencia o que trabaje más. No sería la primera vez que un
calvinista respondiera así.
Cualquiera
que haya estudiado algo de sociología o de economía, sabe que este
debate tiene ya una larga historia y está verificado a partir
fundamentalmente (aunque no solo), del libro de James O’Connor de
1973, La crisis fiscal del Estado.
La conclusión es que
el proceso independentista catalán puede ser apoyado tanto por
ciudadanos de derechas como de izquierdas, porque de lo que se trata
en ese proceso es la formación de Cataluña como Estado
independiente. De hecho, la mayoría de los líderes políticos
nacionalistas se han esforzado en tratar de convencer que todos caben
en ese proyecto de nueva república.
Sin
embargo, vemos que el diputado Rufian simplifica las cosas y niega la
posibilidad de ser a la vez de izquierdas y oponerse al proceso
independentista. No estaría mal, de paso, que se esforzara un poco
en explicar cómo sería la forma de financiación de la Seguridad
Social, pero eso es harina de otro costal.
En
el lado opuesto y siguiendo el sentido de su frase, si ser de
derechas implica que se está en contra del proceso independentista
¿significaría entonces que algunos de los votantes de la antigua
Convergencia son ahora políticamente de izquierdas?
Acostumbrado
como está a simplificar los fenómenos sociales, dudo que el
diputado Rufian responda a esta pregunta, ni siquiera que sea
consciente de la contradicción que contiene. Prefiere el supuesto
significado directo y, en realidad, solo emocional de unos tuits. El
problema es que tiene un público encandilado que le sigue, le
admira, le vota y se conforma con argumentos incompletos e inválidos.
Todo sea por la diosa nación.
Conclusión.
Principios lógicos que ha violado el diputado Rufián:
a)
Dificultad para elaborar el argumento completo a partir de premisas
implícitas. Pueden ser muchas, ya que la definición del predicado
“ser de izquierdas” es complejo y amplísimo, por lo cual hay
dificultades e incluso confusión para establecer su valor de verdad.
b)
Inferencia incorrecta, ya que cualquier persona puede apoyar o
rechazar el proceso independentista catalán, independientemente de
su ideología, por lo tanto la conclusión no se deriva de las
premisas.
c)
Imposibilidad de verificación y/o refutación para relacionar la
necesidad de ser de izquierdas con el apoyo a la independencia de
Cataluña.
d)
Imposibilidad de verificación y/o refutación de que las personas
que se consideren de izquierdas necesiten lecciones de ideología en
el caso de no apoyar la independencia de Cataluña.
e)
Contradicción interna dentro del contexto sociológico en el que se
ha emitido el enunciado más las premisas implícitas: si ser de
izquierdas implica apoyar el proceso independentista, ¿ser de
derechas implicaría no apoyarlo? Sin embargo la realidad es que
muchos de los que lo apoyan son de derechas, por lo tanto invalida la
necesidad de ser de izquierdas con el apoyo a la independencia.
La gente mezcla churras con merinas y descabala las cosas para argumentar hacia su terreno.No hay más ciego que el que no quiere ver.
ResponderEliminarLas leyes son para proteger la integridad de las personas y generar igualdad y en el mejor de los casos equidad.
Para eso se supone que estan las constituciones y la defensa de las libertades,está precisamente en la protección de la integridad de las personas,no en ser libre para asesinar,humillar, o mancillar o la expresión de la ira que conlleve arrastrar a otro ser humano.
La libertad de uno,termina donde empieza la del otro.Hay muchos "yos" en el mundo y todos tienen derecho a su integridad de manera ecuánime nos guste o no.